Una pena... Al abrir la nueva colaborateca, muchos libros que estaban obsoletos fueron llevados al almacén del colegio y es que ¡ya no cabía ni un alfiler! Entonces, los niños y las niñas del taller tuvieron la brillante idea de dar un nuevo uso a todos estos libros que estaban tristemente guardados. "Podríamos hacer un sillón de libros. Lo he visto en Internet. ¡Está muy chulo!" dijo una alumna. Rápidamente fue a la pizarra digital, buscó la imagen y nos la enseñó. Nos encantó la idea así que nos pusimos manos la obra, y después de tres sesiones de taller, finalmente, tenemos nuestro sillón librero.